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Acta del pueblo de Señor San Francisco Huautla
(Guerrero, 2 March 1832)
Plan de Tlacotepec
(Guerrero, 3 March 1832)
Plan de Tetela del Río
(Guerrero, 4 March 1832)
Acta del pueblo de Santa María Xochitepec
(Guerrero, 5 March 1832)
Plan de San Pedro Pemapa
(Guerrero, 5 March 1832)
Acta de Tetela del Río
(Guerrero, 5 March 1832)
Acta del pueblo de Santo Tomás
(Guerrero, 6 March 1832)
Plan de Santa María Xochicalco
(Guerrero, 6 March 1832)
Acta del Tulaltongo
(Guerrero, 6 March 1832)
Acta de San Miguel Xochitepec
(Guerrero, 7 March 1832)
Acta de la oficialidad de Tampico
(Tamaulipas, 10 March 1832)
Pronunciamiento de los vecinos y ayuntamiento de Pueblo Viejo
(Tamaulipas, 13 March 1832)
Acta de Almoloya
(Guerrero, 13 March 1832)
Plan de Tampico
(Tamaulipas, 14 March 1832)
Acta de San Pedro Cuagulotitlán
(Guerrero, 15 March 1832)
Proclama de Esteban Moctezuma
(Tamaulipas, 16 March 1832)
Manifestación del general Esteban Moctezuma
(Tamaulipas, 17 March 1832)
Decreto de Tamaulipas
(Tamaulipas, 19 March 1832)
Resolución del comandante general
(Tamaulipas, 24 March 1832)
Representación a la legislatura del Estado de Tamaulipas
(Tamaulipas, 25 March 1832)
Acta de la guarnición de la capital del Estado de San Luis Potosí
(San Luis Potosí, 26 March 1832)
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Carta de la guarnición de Tampico

Date published: March 1832
Document text:

Carta de la guarnición de Tampico, marzo 1832

[related to Acta de la oficialidad de Tampico, 10/3/1832; Pronunciamiento de los vecinos y Ayuntamiento de Pueblo Viejo, 13/3/1832]

Muy ilustre ayuntamiento:

Cuando los ministros de mi gobierno esencialmente popular han perdido aquella confianza pública llamada justamente fuerza moral indispensable para gobernar a los hombres por el convencimiento y no por la violencia; la política exige imperiosamente que dejen sus puestos para evitar los horribles males de la guerra civil y de la anarquía. Desgraciadamente el actual ministerio de nuestra patria no ha comprendido esta máxima capital de todo gobierno libre, y se ha empeñado en una lucha fratricida contra las tropas y demás patriotas que dirige el general Santa Anna y si la causa ministerial es mirada siempre con frialdad y aversión por todos los patriotas que conocen cuanto corrompe a los hombres el largo ejercicio del poder, mucho peor mirado será en esta ciudad teatro de las glorias del general Santa Anna en el año de 1829, siendo imposible por consiguiente persuadir a este pueblo que sea enemigo de la patria un general que vio pelear con tanta bizarría contra nuestros antiguos opresores. De esta contraposición en circunstancias ha resultado el movimiento del pueblo y tropa que no era dado contener a ninguna autoridad.

Los ciudadanos que suscriben obviados únicamente por el amor a la patria no hemos dudado en pronunciarnos públicamente por el plan de la guarnición de la heroica Veracruz contra los actuales ministros de la república y vuestra [excelencia] convendrá con nosotros en que hasta este día hemos procurado conciliar el mayor orden posible con el objeto de nuestra patriótica resolución. Nuestro objeto ha sido y es sencillo y puro de toda pasión innoble: el pueblo y tropa han pedido aquello que tienen en lo más íntimo de su corazón esto es que no se destruyan nuestros hermanos y que se muden los ministros.

Apoyados así en la rectitud de nuestros sentimientos permaneceríamos tranquilos en ansiosa espera del fin de nuestros buenos deseos a no ser por una circunstancia de naturaleza equívoca que no deja de tener en alarma a los patriotas de esta ciudad y de Pueblo Viejo: y esta circunstancia en la situación en que nos hallamos respecto del general Moctezuma y de su tropa situada en Villerías al pronunciarnos por la que en conciencia creemos la causa de la patria hubiéramos deseado ponernos de acuerdo con el Sr. Moctezuma por que nunca hemos dudado de su patriotismo pero los clamores del pueblo y tropa fueron tan exigentes que hubiera corrido placa de mal patriota el que hubiese aconsejado la dilación. En el mismo día del movimiento se enviaron comisionados a dicho señor general Moctezuma para solicitar su amistad y unión y hacerle ver la efervescencia de este pueblo, y este señor general consultando a su patriótico corazón no apeló a la espada fratricida como hubieran deseado los enemigos de la patria y de la libertad, sino que prestó benigno oído a los comisionados y llenó de aquella buena fe propia de corazón mexicano no dudó en trasladarse en medio de nosotros para conferenciar lo más conveniente a todos. Esta conducta liberal y magnánima del general Moctezuma ha dado la mayor satisfacción a los patriotas; y este valiente militar puede contar siempre con nuestro reconocimiento y el de la patria: si de la patria que en todo cuanto mirara con predilección a los que ahorran la sangre de sus hijos. Pero aun tenemos que pedir más al valiente Moctezuma. En las críticas circunstancias en que nos hallamos no podemos permanecer largo tiempo en una neutralidad equívoca, los patriotas comprometidos tenemos demasiada razón para temer el resentimiento tiránico de los ministros, y de consiguiente nos vemos en la dura necesidad de desconocer sus actos y providencias, y de oponernos a los que aun le prestan su obediencia pasiva guiados por un principio erróneo de subordinación. El general Moctezuma ha venido a Villerías en comisión por el mismo ministerio contra quien nos hemos pronunciado y aunque este general nos ha dado ya bastantes pruebas de su aversión a la guerra civil, si continúa reconociendo al ministerio una simple orden puede comprometernos a hacernos súbitamente la guerra a pesar suyo. Los que hemos tenido el honor de acercarnos a dicho general hemos reconocido ampliamente que está convencido de la justicia de nuestro pronunciamiento; y que el mismo desea que sea mudado al ministerio. De consiguiente entre el señor Moctezuma y nosotros no resta más que un paso para darnos el ósculo de paz y para alejar hasta la sombra de la menor desconfianza. Bien conocemos que el Sr. Moctezuma fluctúa entre sus sentimientos patrióticos y los deberes militares pero este general es demasiado ilustrado para que deje de conocer también que cuando la imprudencia y arbitrariedad de los que mandan han llevado las cosas al extremo de que sólo puede obedecérseles derramando la sangre de sus compatriotas y causando la desolación de los pueblos el deber más imperioso es el de unirse de buena fe a sus conciudadanos, a fin de evitar los males de la anarquía.

El ministerio sin duda al saber nuestro patriótico voto no vacilará en ordenar nuestra sumisión a sangre y fuego y he aquí el caso en que el general Moctezuma tendrá que obrar entre ser el verdugo de sus hermanos, el azote de estos pueblos o el partido de la oposición. Los patriotas comprometidos no aspiramos al mando a la licencia ni menos al desorden, desde un principio nos hemos sometido a la autoridad de este ilustre ayuntamiento y por consiguiente si el general Moctezuma se aviniere explícitamente a nuestro pronunciamiento desde luego lo reconoceremos por nuestro digno caudillo y esta población aprobaría sin duda verse protegida por un jefe tan patriota y valiente; tales son los deseos de los ciudadanos que suscribimos y ansiosos de que se termine la crisis actual a fin de alejar de esta ciudad los males de la guerra.

Suplicamos a V. S. se sirva interponer todo su influjo con el general Moctezuma para que se adhiera a nuestro pronunciamiento y acepte el mando de las fuerzas de esta guarnición y de Pueblo Viejo a fin de que unidos al destacamento que a sus órdenes se habla en Villeráis procuremos todos en la mejor armonía concordia poner

Alejandro C. Yaulac

Federico S. Chut

Ygnacio Zamaron

M. J. de Solorsano

Sipriano Guzman

Cristoval Trascierra

Benito Zamada

Antonio Olabarrieta

José Ricardo del Río

Francisco Galvan

Mariano Morales

Es copia de su original que obra en esta secretaría de mi cargo de que certifico.

P. Gamboa, secretario. – [A] Esteban Moctezuma

Transcribed by Germán Martínez Martínez and Revised by Will Fowler.

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Acta de la oficialidad de Tampico