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Iniciativa que el tercer congreso constitucional del estado libre de las Tamaulipas hace al congreso de la unión

Date published: 30 January 1830
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INICIATIVA QUE EL TERCER CONGRESO CONSTITUCIONAL DEL ESTADO LIBRE DE LAS TAMAULIPAS HACE AL CONGRESO DE LA UNIÓN.

SEÑOR:

Después que la nación rompió las cadenas, que la sujetaban á dominación extraña, se dio libremente la forma federal para su gobierno, porque quiso, porque creyó, que era el sistema que más cuadraba á su situación, á su carácter, y á sus costumbres. La experiencia acreditó luego, que no fue errado el vaticinio, pues dos años marchó la nación rápidamente á su engrandecimiento, ecsidiendo los cálculos de los políticos y con admiración de los observadores. Una profunda paz interior era el resultado de la unión, y de la conformidad y los adelantos en los ramos de la administración pública probaban bien la actividad de las manos, que la dirigían. Se entablaban relaciones amistosas, y comerciales con varias potencias del otro continente. Los gobiernos, cercanos reconocían la independencia y todo presentaba un cuadro lisonjero, que anunciaba un porvenir agradable. Mas todo cambió de repente; pues el orden interior se alteraba, se introducía la desunión de los ciudadanos, se inducían temores y se perdieron las halagüeñas esperanzas; se vieron la inmoralidad e insubordinación, y los vicios ocuparon el lugar de las virtudes republicanas. La masa de la nación no estaba corrompida; pero se plagaron muchos agentes de poder, y el santuario de la libertad se había sacrílegamente contaminado. Como las fuentes estaban enturbiadas se enervaban los resortes todos del Estado, y unos funcionarios obraban de conciencia y los otros que no coincidían con esas ideas eran cruelmente perseguidos. Desapareció como por encanto la riqueza, se paralizó el comercio, se perdió el crédito, las relaciones tal vez se entibiaron, y en lugar de la unión sincera había persecuciones monstruosas. Las exacciones se acrecentaban; y el erario se disminuía; se multiplicaban los empleos, y eran desatendidos los servicios. Un lujo inmoderado insultaba al indigente, la soberbia altanera provocaba al ciudadano pacífico; la probidad se despreciaba, se desatendía el mérito, y el ejército estaba pereciendo. Unas cuantas manos se habían absorvido el poder y disponían á su arbitrio de la suerte de la nación. Esta peste política inficionó muchos puntos, y por doquiera se oían las quejas de los buenos. La nación era encaminada á su ruina, y estaba al ser precipitada cuando afortunadamente el ejército de reserva se pronunció por el restablecimiento constitucional y puesto á su vanguardia el que antes humilló la arrogancia española en Juchi se decidió á hacer revivir la nación, ó perecer en la demanda. Sus invitaciones apenas llegan á distintos lugares cuando son obsequiadas, y se vio que no era pronunciamiento del ejército de reserva sino la voluntad nacional. El Congreso General así lo declaró y queda sancionado, como voto universal el memorable plan de Jalapa.

Mas en vano habrán sido los esfuerzos patrióticos del ejército, y quedarán en mera teoría los deseos de los pueblos sino se lleva á ejecución el plan. Del cumplimiento del art. 4 dependen el bien que se quiere, y el remedio del mal, que ha habido. Se abusó del poder, y es preciso remover esos funcionarios contra quienes la pública opinión se ha declarado. Sea cual fuere el origen de su nombramiento, es de primera necesidad, que otros les suceden; de otro modo ni el mal se cura, ni el objeto se consigue. Es vana, ó cuando menos poco fundada la esperanza de que los que cometieran aquellos errores políticos, se conduzcan de otra manera, por cuanto los actos fueron repetitivos. Pero aun en el remoto caso que sucediese, como ya por esa conducta perdieron el concepto, se desconfía de ellos, y jamás será bien gobernado el pueblo, que no tiene confianza en sus mandatarios. Parece innecesario nombrar los que se hallan en el caso del citado artículo 4º: son conocidos los nombres, y sus actos fueron muy remarcables: la opinión pública los ha denunciado. Un mexicano no debe abrigar venganzas rastreras, propias solo de las almas bajas pero la ley es inexorable, y su fallo recae sin señalamiento de personas. Han de echarse en olvido resentimientos particulares agenos del carácter republicano mas deben escarmentarse los criminales. Esto produce un efecto saludable en las sociedades, y el total disimulo hace atrevidos á los culpables. La legislatura de Tamaulipas guiada por tales principios, pide al Congreso de la Unión.

1. Que se decrete la remoción de los funcionarios, cualquiera que sea el origen de su nombramiento, contra quienes se ha expresado la opinión pública, y que sean reemplazados según la constitución y las leyes.

2. Que en consecuencia sean removidos y legalmente reemplazados los diputados que desconocieron el poder ejecutivo general provisionalmente establecido en México, después de que allí se adoptó el plan de Jalapa.

3. Que se remuevan como ilegalmente elegidos los funcionarios, cuyos nombramientos fueron reclamados desde que se hicieron, y que sean reemplazados como los otros.

4. Que se manda hacer efectiva la responsabilidad de los funcionarios que han sido acusados, y el escarmiento de aquellos cuya mala conducta ha sido públicamente reclamada.

Ciudad Victoria, 30 de Enero de 1830. 7º de la instalación del Congreso de este Estado.

José Miguel de la Garza García, Diputado Presidente

Pedro José Mendez, Diputado Srio.

Juan Guerra, Diputado Srio.

Pie de Imprenta: Ciudad Victoria, Imprenta del Estado de Tamaulipas dirigido por Juan Antonio Aguirre, 1830.

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Pronunciamiento del inspector de la milicia cívica del estado, por el sostén de la constitución y de las leyes