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Parte principal del manifiesto de Juárez para dar unidad al pensamiento de la Reforma social en México

12 July 1859

Region: Veracruz

Pronunciamiento text

Parte principal del manifiesto de Juárez para dar unidad al pensamiento de la Reforma social en México (Veracruz, 1859?)

"1°.— Adoptar como regla general invariable la más perfecta independencia entre los negocios del estado y los puramente eclesiásticos.

2°.— Suprimir todas las corporaciones de regulares del sexo masculino, sin excepción alguna secularizándose los sacerdotes que actualmente hay en ellas.

3°.— Extinguir igualmente las cofradías, archicofradías, hermandades y en general todas los corporaciones o congregaciones que existen de esa naturaleza.

4 °.— Cerrar los noviciados de los conventos de monjas, conservándoselos que actualmente existen en ellos en los capitales o dotes que cada una haya introducido, y con la asignación de lo necesario para el servicio del culto en sus en sus respectivos templos.

5 °.— Declarar que han sido y son propiedad de la nación todos los bienes que hoy administra el clero secular y regular, con diversos títulos, así como el excedente que tengan los conventos de monjas, deduciendo el monto de sus dotes, y enajenar dichos bienes, admitiendo, en pago de una parte de su valor, títulos de la deuda pública y de capitalización de empleos.

6 °.— Declarar por último, que la remuneración que dan los fieles a los sacerdotes, así por la administración de los sacramentos como por los demás servicios eclesiásticos, y cuyo producto anual bien distribuido, basta para atender ampliamente al sostenimiento del culto de los ministros es objeto de convenios libres entre unos y otros, sin que para nada intervenga en ellos la autoridad civil.

Además de estas medidas, que en concepto de gobierno son las únicas que pueden dar por resultado la sumisión del clero a la potestad civil en sus negocios temporales, dejándolo, sin embargo con todos los medidos necesarios para que pueda consagrarse exclusivamente, como es debido, al ejercicio de un sagrado ministerio, cree también indispensable proteger en la república con toda su autoridad, la libertad religiosa, por ser ésta necesaria para su prosperidad y engrandecimiento, a la vez que una exigencia de la civilización actual."

Seguía luego una extensa exposición de las saludables reformas que el gobierno se proponía establecer en los diversos ramos de la administración pública, y que se hallaban conseguidas como principios en la ley fundamental, o bien eran consecuencias lógicas de dichos principios. Excusado es añadir que tales reformas obedecían a un espíritu eminentemente liberal y reformista y que sus beneficios resultados sólo podían ocultarse a los intransigentes partidarios de un régimen cuyo sostenimiento no reconocía por origen más que un conjunto de lamentables preocupaciones y una absoluta ignorancia de las necesidades de la época. He aquí cómo terminaba el manifiesto:

“En otro tiempo podría acaso haberse estimado imprudente la franqueza con que el gobierno actual manifiesta sus ideas para resolver algunas de las graves cuestiones que ha tanto tiempo agitan a nuestra desgraciada sociedad; pero hoy que el bando rebelde ha desafiado descaradamente a la nación, hoy que ese mismo guiar únicamente por sus instintos salvajes, para conservar los errores y abusos en que tiene fincado su patrimonio, ha atropellado los más sagrados derechos de los ciudadanos, sofocando toda discusión sobre los intereses públicos, y calumniado vilmente las intenciones de todos los hombres que no se presten a su brutal dominación; hoy que ese funesto bando ha llevado a sus excesos a un extremo de que no se encuentra ejemplo en los anales del más desfrenado despotismo y con un insolente menosprecio de los graves males que su obstinación está causando a la sociedad parece resuelto a continuar su carrera de crímenes y maldades, el gobierno legal de la república, lo mismo que la numerosa mayoría de los ciudadanos cuyas ideas representa, no pueden sino ganar en exponer claramente a la faz del mundo entero cuales son sus miras y tendencias.

Así logrará desvanecer victoriosamente las torpes imputaciones con que a cada paso procuran desconceptuarlo sus contrarios, atribuyéndole ideas disolventes de todo orden social. Así dejará ver a todo el mundo que sus pensamientos sobre todo los negocios relativos a la política y la administración pública, no se encaminan sino a destruir los errores y abusos que se oponen el bienestar de la nación, y así se demostrará, en fin, que el programa de lo que se intitula el partido liberal de la república, cuyas ideas tiene hoy el gobierno la honra de representar, no es la bandera de una de esas facciones que en medio de las revueltas intestinas aparecen en la arena política para trabajar exclusivamente en provecho de los individuos que la forman, sino el símbolo de la razón, del orden, de la justicia y de la civilización, a la vez que la expresión franca y genuina de las necesidades de la sociedad.

Con la conciencia del que marcha por un buen camino el gobierno actual se propone ir dictando en el sentido que ahora manifiesta, todas aquellas medidas que sean más oportunas para terminar la sangrienta lucha que hoy aflige a la república, y para asegurar en seguida el sólido triunfo de los buenos principios. Al obrar así, lo hará con la ciega confianza que inspira una causa tan santa como la que está encargando de sostener; y sí por desgracia de los hombres que hoy tienen la honra de personificar como gobierno el pensamiento de esa misma causa, no lograsen conseguir que sus esfuerzos den por resultado el triunfo que ella ha de alcanzar un día infaliblemente, podrán consolarse siempre de la convicción de haber hecho lo que estaba de su parte para lograrlo, y cualquiera que sea el éxito de sus afanes, cualesquiera que sean las vicisitudes que tengan que sufrir en la prosecución de su patriótico y humanitario empeño, creen al menos tener derecho para que sean de algún modo estimadas sus buenas intenciones, y para que todos los hombres honrados y sinceros que por fortuna abundan todavía en nuestra desgraciada sociedad, digan siquiera al recordarlos: esos hombres deseaban el bien de su patria y hacían cuanto les era posible para obtenerlo.”

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